

Principalmente reclamamos territorio pues sin el no podemos vivir.
Pero la postergación enorme en la que nos tienen incluye muchos más temas: vivienda, salud, libertad, educación.
En Formosa no hay formación de MEMA (maestros especiales de modalidad aborigen) que por ley deberían estar al frente de las aulas. Los pocos mema que hay trabajan de maestranza o funcionan como traductores pero no como maestros.
Los maestros criollo a cargo de nuestros hijos poseen un total desconocimiento de nuestra lengua y cultura.
De ese modo cuando nuestros hijos pequeños que sólo hablan nuestra lengua, el qom lactaq, van a primer grado se asustan mucho de las maestras que les hablan todo el tiempo en castellano y les imponen un disciplinamiento y una reglas diferentes a nuestro modo de criar a nuestros hijos.
Por eso los niños no quieren ir a la escuela. Tampoco tenemos ingresos para comprar zapatillas, útiles y lo que nos piden las maestras.
Así se produce la deserción escolar. Nosotros queremos que aprenden el castellano y que lo sepan escribir pero es muy costoso para nosotros.
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